Por Alexis Parra

EL PELIGRO DE LA MISERICORDIA

“…la misericordia transforma profundamente las estructuras sociales, permitiendo a las sociedades vivir en verdaderas relaciones fraternas, permitiendo sortear la pregunta de Dios hecha a Caín ¿Dónde está tu hermano?”

El Papa Francisco ha convocado un año extraordinario de la misericordia y aunque este comienza formalmente el 08 de Diciembre el Papa ha querido inaugurarlo en una de las ciudades africanas que acogió su última visita apostólica. El mensaje en su conjunto fue claro, la misericordia fija sus ojos en lo que el mundo tiene por nada, la misericordia inaugura el diálogo, transforma al otro en sujeto y no en objeto e instala la paz. Así, la misericordia transforma profundamente las estructuras sociales, permitiendo a las sociedades vivir en verdaderas relaciones fraternas, permitiendo sortear la pregunta de Dios hecha a Caín ¿Dónde está tu hermano? Con misericordia podemos responder, porque "los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo".

Este Año de la Misericordia no solo es en sentido vertical, lo cual nos hace comprender que incluso después de tantas guerras, genocidios, campos de exterminio... ¡Dios nos sigue amando! Este año también tiene un sentido horizontal, replicando lo que hemos visto y oído a los otros.

Este mundo que en momentos parece agónico, cerrado a la vida, materialista, ha olvidado que esta, como Francisco nos recuerda en "Laudato Si", es nuestra casa común. Si seguimos en esa lógica, también somos familia. El Año de la Misericordia nos quiere volver a reunir, nos invita a reconocer que todos somos importantes en esta hora de la historia. Y es justamente el peligro, hacer que todos valgan, hacer que para todos alcance, que el amor sea desbordante es una declaración de guerra para los poderes de este mundo, pero nosotros hijos y herederos de esta revolución debemos estar dispuestos a ser misioneros de esta peligrosa pero necesaria misericordia.