EXHORTACIÓN APOSTÓLICA

LA ALEGRÍA DEL AMOR

“La dinámica de la Iglesia es la Inclusión: los divorciados pueden participar de forma activa en la Iglesia”, dice abogada canonista.

A pocos días de que comenzara la circulación en Chile de la exhortación apostólica post sinodal "Amoris Laetitia", en la que el Papa Francisco aborda los desafíos de la familia actual, la abogada canonista y vocera de la Fundación Voces Católicas, Sigal Rodríguez, afirma que este documento "tiene muy en cuenta los 2 Sínodos que hubo, sus conclusiones y las respuestas que dieron las diferentes Conferencias Episcopales del mundo" por lo que se aplica en "lo concreto a nuestra realidad y a cada cultura", sugiriendo "leerla con detención y masticar su contenido".

Según la abogada, el capítulo esencial de la exhortación es el IV, referente al amor en el matrimonio. "No hay que arrojar sobre dos personas limitadas el tremendo peso de tener que reproducir de manera perfecta la unión que existe entre Cristo y su Iglesia, porque el matrimonio implica un proceso dinámico, que avanza gradualmente con la progresiva integración de los dones de Dios", dice el documento.

Para la abogada Rodríguez, El Papa en este capítulo realiza un profundo relato de "la cotidianidad de la familia y del matrimonio, señalando el camino de conversión que cada uno tiene que recorrer, pero no solo como persona, sino también de como familia", tratándose así de una contribución para la vida cristiana de los conyugues.

Sin embargo, el capítulo VIII, "Acompañar, discernir e integrar la fragilidad", es uno de los que generó mayor atención. En él, se trata el problema de las rupturas matrimoniales y la situación de los divorciados dentro de la Iglesia. Rodríguez aclara que "la Iglesia como madre, acoge y quiere a sus hijos como son, con sus errores y virtudes. La dinámica de la Iglesia es la inclusión. El Papa dice que jamás hay que juzgar a la persona, que el hecho de la separación o del fracaso matrimonial no es algo que nos corresponde (juzgar) a nosotros"". Además, agrega que "los divorciados pueden participar de forma activa de la Iglesia".